Balneario con niños este fin de semana! ¡SI!

Pienso algo próximo a Madrid, con horario y servicios para niños, cómodo y con calidad.
Así encuentro el balneario Villa de Olmedo de Castilla Termal.

Tardamos 1.30 h en pleno viernes saliendo a las 14h, por la carretera de la Coruña con peaje.  La entrada fue rápida, ya teníamos la reserva a través de un Bono regalo con media pensión, fue llegar, darle al pequeño la merienda y ponernos el bañador.

Se agradece…..

Se agradece mucho el minibar para dejar los primer danone!

Ya con el albornoz, zapatillas y gorro que había en la habilitación, bajamos a las 16h a estrenar los manguitos en el balneario. Nos dieron tres toallas que al finalizar el día entregas y nos pegamos el deseado chapuzón en agua calentita.

Al principio algún extraño del bebé (15 meses), pero con lo que disfrutó en verano y lo que le gusta el agua, enseguida se animó el solito a moverse a su aire.

Que bien nos vinieron los pañales tipo bañador y el albornoz que compramos, se le veía la mar de gracioso.

Tras prepararnos para la cena, a partir de 20.30h, pedimos una trona y las viandas de la carta, y apenas empezar comenzó el espectáculo! Llorando, gritando, rojo, lanzando comida….

De nada sirven las teorías de mantener la calma, todo el mundo mira, el niño sigue… y no lo vas a castigar.
Parece que con la leche se calma, pero dura poco, así que a la habitación.
Pedimos que nos suban los siguientes platos y en un rato los tenemos listos, mientras, el niño ya tranquilo juega y corre por la habitación.
Llega la hora de dormir, y la cama es grande, ideal para los tres, pero hay alguien que con su buena costumbre, pide cuna, menos mal que pedimos al reservar, que montarán una, fue de viaje y aunque con uso, se notaba limpia.
El colchón, no era del otro mundo, y se completaba con un saco. Llevar almohada, a nosotros nos vino muy bien, no había ninguna.

La noche fue peor de lo esperado, la maldita tos no se va, añadido a un sitio nuevo, que voy a contaros.
Nos levantamos con ganas de probar el desayuno, fue delicioso, todo un buffet en condiciones. Hay disponible un microondas.

Después planificamos un nuevo chapuzón en el balneario de 10 a 12, para continuarlo con chocolaterapia 1.30h y estar listos para comer cuando abran 13.30 el restaurante.

Esta vez acudimos preparados con nuestra amiga tablet y su repertorio de cantajuego, Hugo el maitre, nos reconoce al instante y tras el espectáculo de la cena, no me extraña nada, nos trata estupendamente incluso si un plato no nos agrada, le pidamos otro.
El menú estupendo de nuevo y esta vez pudimos comer todos más relajados.
Tras una siesta, de nuevo al balneario, que gusto los chorros, y después, esta vez, visita al palacio del caballero.

Los pases son en los minutos 20 u 40 de cada hora, dura unos 35 minutos.

El peque se durmió a la entrada y no se despertó  en todo el recorrido, a pesar del alto volumen de los audiovisuales.
A mi me gustó esta visita, aunque puede asustar a algún niño o adulto…
Volvimos al hotel por que tocaba masaje completo, un gusto, muy relajante.

Ya listos, bajamos a cenar, en esta ocasión teníamos un bono para cena romántica, con los platos pre definidos, estuvo muy bien, y el enano entretenido con sus canciones y comiendo con nosotros.
Antes de subir a dormir, fuimos de exploración, llegamos a la ludoteca, que no tuvimos necesidad de usar, pero ahí está, consulta horarios.
Tocaba ahora decidir si ampliar la hora de salida del domingo, existe la posibilidad de mantener la habitacion hasta las 18h y así darte otro baño, además incluye la comida.
Nosotros al ver que la tos se mantenía, decidimos no ampliar, comer en casa y luego ir a urgencias.
Nos levantamos tras una noche algo mejor, el desayuno nuevamente estupendo y el baño en el balneario para disfrutarlo mil veces más.

Terminamos de guardar la maleta y media vuelta durmiendo hasta mitad de camino.
Un sitio totalmente recomendable.
Espero que os haya gustado esta pequeña crónica y sirva para animaros, había un montón de niños!

Balneario villa de Olmedo

Castilla termal