El centro de Madrid se viste de gala en invierno, llega el frío y la Navidad, apetece pararse a tomar un chocolate caliente y si es con churros, mejor.
Esta delicia llegada de América y reinventada en España, Se extiende por el resto de Europa hasta prestigiosas marcas en Bélgica.
Ir con niños y disfrutar de una gran variedad de bebidas a base de cacao, calientes o frías, mezcladas con todo tipo de aromas o especias, e incluso picante es un gran plan, aunque lo que más demandamos los madrileños es el cacao a la taza de toda la vida.
En Madrid tenemos fama y las chocolaterías son también un reclamo turístico, los guías incluyen estos establecimientos en sus rutas por la capital. Las nocheviejas no serían lo mismo si no terminaran con el típico chocolate calentito.
Recuerda que los pueblos indígenas del continente americano atribuían poderes mágicos y curativos al cacao y no iban muy desencaminados porque médicos y nutricionistas le atribuyen propiedades antioxidantes beneficiosas para la salud.
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